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¿Independencia del País Vasco?

Posted in nacionalismo with tags , , , , , , , , , , , , , , , on March 26, 2008 by Daniel Tubau

El problema de la discusión política es que cuando uno está en un bando, se ve obligado a defender todo lo que defiende su bando. Y claro, hay cosas que uno no tiene tan claras como los adalides de su bando parecen tenerlas.

En conversaciones privadas con nacionalistas he descubierto que muchas de las cosas que en teoría debe pensar un nacionalista ellos no las piensan, pero, claro, cuando hablan en público fingen que sí creen en ellas.

Lo mismo sucede con los antinacionalistas.

Voy  a poner un ejemplo de todo esto ahora.

¿Se debería permitir que en el País Vasco (Euskadi) se hiciera un referendum?

Los nacionalistas vascos dicen que por supuesto, ese es el derecho a decidir que ha de tener cualquier pueblo. El lehendakari (jefe del gobierno vasco) Ibarretxe va más lejos y dice que hará ese referendum incluso oponiéndose a la legalidad del estado español que lo prohíbe.

Los no nacionalistas dicen que no se puede permitir hacer ese referendum ni ningún otro en el que los vascos decidan si quieren seguir perteneciendo a España, porque esa decisión no se puede tomar de forma unilateral. La unidad de España, dicen, está expresada en la Constitución y garantizada por el ejército.

Está claro que este es un asunto en el que las dos partes se equivocan.

Comenzaré por aclarar, intentando con ello ganarme la atención desinteresada del lector, que yo no soy nacionalista. Ni nacionalista vasco, ni catalan ni español.

A pesar de no ser nacionalista, sé perfectamene que existe un fenómeno llamado nacionalismo que tiene mucho apoyo en el País vasco y en Cataluña. Los nacionalistas, como es obvio, desean más autogobierno y, eventualmente, alcanzar incluso la independencia.

Es una aspiración legítima, aunque ya digo que yo no la comparto. Pero precisamente la democracia sirve para personas que tenemos distintas concepciones políticas y sociales las enfrentemos de manera pacífica. Desde este punto de vista, creo que es perfectamente razonable que en un momento dado se haga un referendum para que los catalanes o los vascos voten acerca de la posible independencia.

La frontera no es la independencia o la no independencia, la pertenencia a España, al país vasco o a Europa. Los sentimientos de pertenencia son tan difíciles de entender y controlar que no se puede impedir que vayan de un lado a otro según van los tiempos. En consecuencia, la verdadera frontera es o debe ser el uso de la violencia. Es aquí donde está la verdadera discusión y el verdadero problema.

¿Es deseable que los llamados estados sin nación se independicen? Tal vez sí, tal vez no. Lamentablemene, la historia nos ha dado abundantes ejemplos de que la creación de estados independientes o su fusión en imperios o estados plurinacionales da buenos, regulares y horrorosos resultados.  Quien diga que está comprobado que es mejor una cosa o la otra desde el punto de vista de la paz y el respeto a los derechos humanos, sencillamente miente o no sabe nada de historia.

En consecuencia, lo único que podemos intentar y exigir es que la creación de nuevos estados o la creación de entidades supranacionales se haga siempre de manera pacifica, por ejemplo mediante un referendum. Como es obvio, también mediante un referendum se podrá en el futuro retornar a la situación anterior.

Pero, ¿por que se equivocan los nacionalistas que proponen un referendum en el Pais Vasco, como el lehendakari Ibarretxe?

Precisamente porque actualmente no se dan las condiciones en el País Vasco para celebrar un referendum en libertad. La mitad de la población (los no nacionalistas) está amenazada y no puede expresarse con libertad. Muchos de ellos viven protegidos por escoltas, en muchos lugares (sobre todo en el mundo rural) no es posible expresar una opinión contraria a los radicales de izquierda que apoyan al terrorismo, a riesgo de ser atacado o asesinado. En tales condiciones, como es obvio, no sería un referendum en el que los vascos pudieran expresar su verdadera opinión.

Naturalmente, uno puede pensar que entonces no podrá celebrarse nunca, porque ETA lleva más de 30 años asesinando y no parece dispuesta a dejar de hacerlo.

Es posible, casi seguro, que ETA seguirá matando durante bastante tiempo, pero también es posible que se pueda celebrar ese referenum si cambian ciertas cosas. ¿Qué cosas?

En primer lugar, que el PNV y otros partidos nacionalistas dejasen claro, más allá de toda duda razonable, que en ningún caso apoyarán a grupos relacionados con el terrorismo. Durante muchos años el PNV ha actuado vergonzosaente en ese asunto tan grave y se ha mostrado tibio o comprensivo; incluso recientemente el antiguo presidente del PNV se ha reunido con el dirigente de Batasuna Otegi (encarcelado por complicidad con ETA)  y le ha mostrado su apoyo, incluso le ha regaldo el libro “Del fuero a la independencia”, de su hijo Asier Arzalluz. Tal como gobernaba el PNV, las victimas y los amenazados por ETA no se sentían defendidos ni protegidos por su propio gobierno (Algo parecido a lo que pasó en Argentina, donde las madres de la Plaza de Mayo se disolvieron finalmente durante el gobierno de Kirchner, cuando comprobaron que los cómplices o minimizadores de la dictadura ya no estaban en la Casa Rosada).

Las cosas parecían haber cambiado en el PNV con Josu Jon Imaz, pero éste se vio obligado a dimitir y ahora no se sabe qué pasará. Pero cuando el verdadero frente no sea nacionalistas contra no nacionalistas, sino partidarios de la democracia frente a partidarios de la violencia, entonces la violencia de ETA no sería suficiente para impedir expresarse a la gente, que sabría que contaba con el apoyo y la defensa de la mayoría de la población frente a tan sólo un 10% o menos de violentos.

En segundo lugar, que el Estado español acepte la posibilidad de que Euskadi o Cataluña se independicen y que, por supuesto puedan celebrar un referendum para conocer la opinión de sus ciudadanos. Y, por supuesto, que se retire de la Constitución el artículo que considera al ejército el garante de la unidad de España. Porque aunque uno piense que el nacionalismo es absurdo, también piensa que reprimirlo violentamente en nombre de otro nacionalismo es tanto absurdo como criminal.

En tales condiciones, se podría celebrar en el País Vasco un referendum para plantear la independencia.